En que época de nuestra vida descubrimos nuestras pasiones?
Sin dudas que después de alguna motivación de nuestro entorno.
Pues bien, en mis primeros años de colegio, recuerdo que pasé varios veranos en “Rincón Negro”, Cerro Castillo, donde mi recordado y querido tío Daniel tenía a cargo el cuidado de la estancia. Fue en ese entonces que se produjo mi acercamiento por los caballos que me duraría toda la vida. Sumado a ese hecho, mi amistad con mi amigos y queridos vecinos “Garay”, hizo que viviera en la parcela- metafóricamente hablando.
Fue como aprendí no solo a andar a caballo sino todos los quehaceres campestres como, buscar tropillas en extensas estancias, dar comida a los perros, marcar, arrear ganado, saltar a caballo, jinetear novillos, arreglar alambrados, “cuerear” (sacar el cuero a ovejas), marcar, lacear, perseguir ñandúes, buscar huevos de ñandúes, ser pateado por caballos, ser volteado por terneros, etc.
Luego llegó turismo, y la pregunta que florece en algún momento de creación: y si vendemos tours a caballo?.
Luego comienzan los relevamientos con mi amigo Kiko, con los caballos de Brigitta en Torres del Paine(1988), ahí descubrí qué era el glaciar francés! sobre todo en un momento nos metimos en un pozo de barro por el cual tuvimos que bajarnos del los caballos , pues se habían quedado atascados.
Jamás olvidaré nuestro relevamiento al Cerro “El Cazador” en Cerro Castillo, con mi amigo y jefe de Baqueanos, a la vuelta de los años en Torres del Paine Sr. José Soto, a pesar de haber nacido en tierras frías, y haber vivido en Duluth, donde llegábamos a tener -30ºC (menos 30 grados), nunca sentí tanto frío como en esa oportunidad!
Así llega luego nuestra concesión de servicios de caballos tanto de transporte de carga y paseos en Torres del Paine. Comenzamos a prestarle servicios al Hotel Explora con caballos de fina raza chilena y patagónicos. Nacen nuestras cabalgatas en el plano del Río Serrano, tres días cruzando desde Laguna Amarga por el Lago Nordenskjold hasta llegar al viejo refugio “italiano”, luego llegar a las cercanías del glaciar Grey, al día siguiente comenzaba el retorno a la administración del parque donde se encontraba nuestra base.
El desarrollo de esta actividad resultó placentera por varias razones, sin duda que la integridad de nuestros hombres de campo sobresale al momento de analizar el éxito de este negocio, pues resultó fácil trabajar con 23 personas de “palabra” valor tan escaso en estos días.
Cuando tu pasión resguarda y controla tu motivación, solo resta un paso para el éxito de tu emprendimiento.
Abrazos y tengan una buena semana!