Salida desde el Centro de Buenos Aires: Comience su viaje tomando un tren o un barco desde el centro de Buenos Aires hasta Tigre. El viaje en tren suele durar unos 45 minutos y ofrece vistas panorámicas a lo largo del camino. Alternativamente, puede realizar un recorrido en barco, que brinda una perspectiva diferente mientras navega por las vías fluviales.
Llegada a Tigre: Una vez que llegue a Tigre, se encontrará en un encantador pueblo rodeado de ríos y exuberante vegetación. Tigre sirve como puerta de entrada al Delta del Tigre, una vasta red de islas y vías fluviales que conforman uno de los deltas más grandes del mundo.
Explorando Tigre: Tómese su tiempo para explorar el pueblo de Tigre antes de aventurarse en el delta. Puedes visitar el Puerto de Frutos, un vibrante mercado junto al río conocido por su artesanía, muebles y productos locales. Pasee por el paseo marítimo frente al río y disfrute del animado ambiente.
Abordar un Crucero Delta: Para comenzar su viaje por el Delta del Tigre, aborde un barco de crucero delta. Estos barcos ofrecen visitas guiadas que navegan a través de la intrincada red de canales, brindándole la oportunidad de experimentar la belleza natural única de la zona.
Navegando por el Delta: A medida que su bote se desliza por el delta, pasará por una exuberante vegetación, encantadoras casas frente al mar, una de ellas del ex presidente Sarmiento, así como una de las casas del artista popular “Sandro” y por supuesto, islas pequeñas. El delta es un área recreativa popular para los lugareños, y verás a la gente disfrutar de actividades como kayak, pesca y remo.
Catedral de San Isidro: Después o antes de explorar el delta, nos dirigimos al pueblo de San Isidro. Este pintoresco barrio es conocido por sus elegantes mansiones y hermosos jardines. Uno de sus principales atractivos es la Catedral de San Isidro, una imponente iglesia de estilo neogótico ubicada en la plaza central.
Visitando la Catedral de San Isidro: Ingrese a la Catedral de San Isidro para admirar su impresionante arquitectura y su ambiente sereno. La catedral data de finales del siglo XIX y cuenta con intrincadas vidrieras, altares ornamentados y un magnífico órgano. Tómese un momento para apreciar las obras de arte religiosas y el ambiente tranquilo.
Disfrutando de los alrededores: después de su visita a la catedral, tómese un tiempo para explorar las calles de los alrededores de San Isidro. Hay numerosos cafés, restaurantes y boutiques donde puede relajarse, comer o comprar recuerdos.
Regreso a Buenos Aires: cuando esté listo para regresar a Buenos Aires, puede tomar un tren o un barco desde Tigre o San Isidro, según su preferencia. Ambas opciones ofrecen vistas panorámicas, lo que le permite sumergirse en la belleza del delta por última vez antes de regresar a la bulliciosa ciudad.
Una visita al Delta del Tigre y la Catedral de San Isidro brinda una maravillosa oportunidad para escapar de la ciudad y sumergirse en la belleza natural y el patrimonio cultural de la región de Buenos Aires.